El domingo se celebra el maratón de la ciudad catalana y supone para mi el primer objetivo de la temporada. Seguramente haya supuesto la preparación más concienzuda de los siete maratones que ya llevo en las piernas y por eso estoy especialmente ilusionado.
Los antecendentes son positivos: en carrera aporto MMP en 10 kms y en medio maratón en lo poco que llevamos de año. En test de ritmo de maratón es positivo el lactato a ritmo de 4:15 /km (1,7 mmol/l) y un pulso de un 86% sobre frecuencia máxima.
Pero esto sólo sirve para demostrar al coco que las buenas sensaciones en las piernas son (o pueden ser) una realidad el domingo que viene.
A partir de aquí, el maratón es un mundo y sólo se puede decir: en el asfalto nos batiremos! (conmigo mismo, me refiero)
Esto no quiere decir que no haya un objetivo ni un plan de carrera. Sería un buen resultado hacer marca personal, lo que supondría bajar de 3h24 (Vitoria 2008), un gran resultado bajar de 3h10 y un excelente resultado bajar de 3h00. Es decir el objetivo es salir a 4:15 el km, lo que totaliza bajar de 3 horas por los pelos, pero nunca más rápido. Si hay fuerzas, habrá que dejarlas para mantener este ritmo hasta el final y si no habrá que ir administrándolas como se pueda. Es decir, aunque parezca una locura en nuestro mundo, la marca no es una obsesión ya que hay que tener en cuenta los muchos factores en juego (principalmente el viento). Pero hay que ser suficientemente ambicioso como para confiar en el trabajo hecho durante meses.
Dicho queda.
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