miércoles, 10 de marzo de 2010

Crónica del Maratón de Barcelona 2010

Mi fin de semana comenzó muchos meses atrás, precisamente cuando me enteré que Los Suaves tocaban precisamente el fin de semana de Barcelona.. las cosas se torcían un poco, teniendo en cuenta que teníamos billete con salida de Atocha a las 7:30 de la mañana..

Al final no resisto la tentación y me voy (nunca sabe uno cuando será el último concierto de los Suaves), llego a casa sobre las 00:00, últimos preparativos, me corto las uñas de los pies y me acuesto casi sobre la 01:00. A las 6:00 suena el despertador y poco después de las 7:00 ya estaba comentando la jugada con el bueno de Ángel en el vagón del AVE, él también con cara de sueño.. no me consigo dormir en el viaje a pesar de que Sara me ha comprado una de esas almohadillas hinchables que usan las señoras mayores.

El viaje se nos hace un poco pesado, el tren se retrasa, no sabemos muy bien porqué, y llegamos tarde a Barcelona. En el Camino hemos podido contrastar opiniones. Es cierto que Ángel tienen algunas dudas, pero un objetivo claro que le da seguridad: terminar.

Cuando llegamos a Barcelona hace un día fantástico, diría que hasta demasiado calor. En la feria del corredor hay información de infinidad de maratones nacionales e internacionales. Nosotros tenemos prisa por comer en el centro de Barcelona y rápidamente a por dorsal, bolsa, etc. No hay cola que esperar, así da gusto! Me compro unas medias en uno de los puestos que me servirán de recuerdo y salimos rápidamente.

Tengo que decir que hasta el momento la organización es completamente de lujo (más tarde se confirmaría).

Por la tarde dimos Sara y yo un paseo obligado por Barcelona, todo en metro: barrio gótico, la iglesia esta del Mar, Pza de Cataluña y Paseo de Gracia y la Sagrada Familia. Nos tomamos un café y sobre las 20:30 vamos caminando al italiano donde habíamos quedado la familia Miacum (Ángel, queremos las fotos!! jaja). Allí podemos ver como el FC Barcelona iba perdiendo contra el Almería, mientras llegaban todos. Precisamente antes de entrar David y Nerea empatan los catalanes.

Cenamos un buen plato de pasta, comentando un poco el plan para el día siguiente: hora de levantarse, logística, geles, etc.. yo soy un poco el raro en ese sentido.. "sólo" me levanté a las 6:30 para desayunar a las 7:00 y no tomo geles en carrera por miedo a que me caigan torcidos... en cualquier caso lo mejor es que cada uno haga lo que mejor le vaya.

Juanan y yo estamos ya nerviosos por pedir la cuenta, pues hay que recoger y regresar al hotel.

Me acuesto ponto, olvidando por completo que está jugando el Madrid y con el liderazgo en juego. Aunque me cuesta dormirme algunos minutos, pronto caigo de puro cansancio.
A la mañana siguiente bajo temeroso al restaurante del hotel. No había visto ni un solo corredor y temía que un sábado a las 7:00 estuviera eso vacío. Pues por poco tenemos que esperar para encontrar una mesa libre. Aquello era una torre de Babel de extranjeros (y españoles) desayunando. Tomo un café, tostadas con miel, zumo y agua.
Llegamos a la zona de salida a las 7:30, ya hay bastante animación, pero no sé muy bien qué hacer tan pronto. Subimos un poco para hacernos una foto y de ahí a la parte derecha de la avenida, donde está bastante más tranquilo, caliento y me cambio. Allí veo a Serrano, que me cuenta la remontada épica del Madrid.
Antes de cambiarme me encuentro con Raúl (Orchid). Es un corredor con el que me unen un montón de casualidades. Hicimos los dos doble Licenciatura en Carlos III y llevábamos toda la temporada entrando a pocos segundos en un montón de carreras. Casualmente este año él también había elegido Barcelona como maratón. Nos deseamos suerte.
Me coloco pronto en la salida. Tengo que reconocer que estaba preocupado por este tema. Estaba en el cajón 3:00-3:30 y mi intención era salir a 4:15 desde el primer momento. Temía perder algún minuto en ese trance inicial. Pero la salida es amplia y no supone un problema crítico. En cualquier caso me mezclé rápidamente con los últimos del cajón anterior.

La salida fue puntual y aquí vino mi primer problema de la mañana: al dar la salida mi GPS todavía no había encontrado los satélites de las narices! Pico ya un poco más tarde de lo debido..


Los kms iniciales salen bien, tal vez un poco más rápido de lo debido. Voy con unos vascos que juran y perjuran que van a 3:00 horas y van marcando 4:07- 4:09 (lo que supone bastante menos) Intento descolgarme para encontrar mi ritmo. El pulso me está dando 155, muy por debajo de los test que había realizado a ritmo (es verdad que iba bastante escondido). Llegando de nuevo a Sants veo a Serrano y más adelante a Xabi, les comento que de momento todo va bien.

Sobre el km 13 llegaría el lio de la mañana. El Garmin me avisa de que la menoría está llega y de que no graba ni una vuelta más.. me venía avisando de que la menoría estaba llena, pero yo pensaba que borraba los registros más antiguos (de hecho yo no sé borrarlos). En definitiva, me quedaba sin registro de vueltas ni tiempos ni nada (no sabía cómo solucionarlo, y menos sobre la marcha). Yo que soy un torpe tecnológico me quedaba sólo con el pulso.

Me sorprendió positivamente el pulso, que fue muy bajo toda la carrera, incrementándose poco a poco a lo largo de la carrera, hasta llegar a 161 y luego ya en recta de meta subir con el sprint final.

Poco más adelante me coloqué detrás de dos corredores con camisetas de maratones europeas. Josán me adelantó en ese momento y le dije que me quedaba detrás de los "Guiris", que había salido demasiado tarde. Luego me enteré que de guiris no tenían nada, que eran catalanes y de que uno de ellos iba pinchando, así que intenté seguir..
La carrera trascurrió con cierta normalidad. Sin agobios, pero sin encontrar un grupo claro has la MM. Veo a Juan Antonio en Meridiana, poco antes de que cruzaran la media. Va en un grupo perfecto, numero y el va protegido.
Poco antes de cruzar la media me saluda Ana desde la barrera, ya preparada para darlo todo. Paso la media en 1:29:23 y veo delante al grupo adecuado al cual me pego. Dos corredores con el símbolo de Chupa Chups en la camiseta y dos muy altos a su lado. Así llegamos al 23 donde esta Xabi. Me acompaña unos metros, me pregunta cómo voy, me agarra del hombro y me dice: “Hoy es el día”. Continúo el camino con esa frase en la cabeza. Antes de despedirse me dice que no desgaste más de la cuenta (aún quedaba mucho) que fuera arropado por el grupo.


He visto a Sara en Clot (km 17) y sé que estará de nuevo cerca de Glorias. Primero veo a Xabi y poco antes de la Plaza veo a Sara con la cámara en mano. Parece que no han tenido problemas en encontrar el recorrido. Las sensaciones siguen igual al paso por el 30, sigo en el grupo, aunque tengo la sensación de que van a más de 4:15 el km. En algún momento adelanto a Josán, pero no le veo para darle ánimos y preguntarle cómo va.
Ya en la playa les dejo unos metros de distancia, no quiero quemarme en los kms clave, aunque siempre a la vista. En los kilómetros que rondan las Torres Mapfre (+-35) fue donde se me escaparon las 3 horas. Directamente me engañé a mí mismo. Yo les preguntaba a las piernas cómo iban y ellas me decían que cansadas (pero quién no con 35 kilómetros a las espaldas!!!). Pero me venían a la cabeza los recuerdo de Sevilla el año pasado, donde en el 38 había consumido todas las fuerzas, donde no me quedaba nada dentro, donde no tenía fuerzas casi ni para andar. Bajé algo el ritmo por kilómetro. Pero ¿cómo diferenciar el simple cansancio de la antesala a un futuro batacazo? Más adelante encontraría la solución.
Al paso por el Arco del Triunfo, me ocurrió algo curioso. Me quedé solo por unos metros, sin corredores por delante ni por detrás. Al Paso por debajo del arco, abrí los brazos como si estuviera cruzando la meta. Me revitalizó. Al tomar la curva veo a David y Nerea (también se pegaron unos buenos paseos) y les digo que sigo bien.


Poco después encontraría la ya citada solución y es que poco después me adelantaría Raúl, con buena cara, sonriendo, a buen ritmo y diciéndome que va a intentar bajar de las tres horas. Aunque es cierto que cada corredor es un mundo, me sirve para hacer una reflexión serena y sincera de cómo voy. Miro el pulso, el único dato que me canta ya mi GPS y veo que voy, a pocos kilómetros de la meta a 159 pulsaciones, cuando había quedado con Jonathan que mi pulso promedio de maratón sería 165!! Me estaba engañando a mí mismo, iba mucho mejor, de lo que me hacía creer. Retomo el ritmo de 4:15 en el paso por el centro de Barcelona (Plz. de Cataluña y Catedral). Algunos corredores comienzan a caminar, otros que se ve que van claramente pinchados. El maratón es así de cruel. Me acuerdo de mis dos grandes pinchazos (Sevilla 09 y MAPOMA 05, donde tuve que llamar a mis padres desde una cabina para decirles que llegaría más de media hora después de lo previsto).
Lo cierto es que aquí las sensaciones son muy diferentes. He adelantado a muchos compañeros de grupo y voy con las ideas cada vez más claras de que tengo que aprovechar los kilómetros finales.
Cuando me encuentro con Xabi en el km 41 ya voy desbocado. Le repito una y otra vez que voy bien (creo que para darme ánimos a mi mismo) y el me grita con razón que no hable, que todas las fuerzas a las piernas. Me pregunta cuánto he perdido en la salida. Poco, entre 15-20 segundos. Me dice que estoy para 3:01. Efectivamente terminaría cruzando la meta en un tiempo bruto de 3:01:05.


Enfilo la última subida de Sepúlveda, veo por última vez a David y Nerea y al tomar la curva veo que está la Plaza de España abarrotada de gente. Un cronómetro canta que se cumplen justo las 3 horas de carrera cuando lo miro, antes de enfilar la recta final. Oigo a Sara, pero ya no puedo ni mirar, el reloj de meta sigue contando los segundos y me esfuerzo en bajar de 3:01.
Pronto nos reuniríamos Juan Antonio y Familia, Josán, Sara y yo en el punto acordado. Juanan nos explica sus pocos segundos para haber bajado de 2:45 y Josán sus problemas en los últimos kilómetros. Pronto vamos a ducharnos, sin saber aún que tal les ha ido a Ana, Quique y Ángel.
De lo mejor del fin de semana fueron los tres platos de paella que nos comimos frente a la playa antes de volver para Madrid. Un gran fin de semana y una experiencia inolvidable!

3 comentarios:

Fer dijo...

Muy bien contado.
Slds

DaviddR dijo...

Gracias Fer, ya sabes que contarlos es fácil, lo dificil es acabarlos!!

Saludos

pablo dijo...

excelente, muy ilustrativo y emocionante, ya me gustaría poder correr una maraton, gracias!