Esta semana di con mis huesos por Cataluña, más concretamente en Sant Boi de Llobregat,en Barcelona, muy cerca del aeropuerto. Por allí, además de comer de maravilla, aproveché para hacer mi poquito de turismo, si es que se puede llamar así a conocer mundo, a golpe de zapatilla. Curiosamente buscando la pista de atletismo que hay junto al fantástico campo de béisbol que tienen por allí, di con la subida a la Ermita de Sant Ramón. Sin poder resistirme a la considerable subida me lancé y después de un par de kilómetros se alcanza la ermita, perfectamente iluminada, porque ya llegué de noche.
Lo realmente bueno del lugar, además de que se puede subir por sendero, son las vistas que se alcanzan desde allí, pudiendo divisar toda la capital catalana y sus alrededores. Desde luego un sitio muy recomendable para una visita rápida si se pasa por allí.
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