Creo que hasta después del verano me puedo despedir de Barcelona (de Cataluña en general), pero no me podía ir sin dejar de subir al Tibidabo, lo mas alto, desde donde se tiene una vista privilegiada de la ciudad (mucho más grande de lo que yo creía). Y mira que ya me habia dado un rodajito la tarde de antes para ver por donde subir, pero yo con mis líos, pues metiéndome en urbanizaciones sin salida, en calles cortadas y en caminos que solo llevaban a alguna casita perdida. Y yo mirando y un montón de gente corriendo por allí arriba (por un anillo que hay a media altura) y yo preguntaba para subir y la gente me miraba raro: "¿donde dices que quieres ir?" y yo señalando con el dedo y diciendo: "pero despacito..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario