sábado, 12 de julio de 2008

De vuelta de Mérida..

De vuelta de Mérida, esta es una breve crónica que escribí el el tema "Atletas del Metal" de el foro de elatleta.com, resumido:

Iced Earth salieron sobre las 7 y como gran novedad con Matt Barlow, que después de su aventura policial volvía a la banda y la verdad es que no se entiende muy bien este grupo sin esta voz tan característica. Me resultaba extraño con la cabeza afeitada pero en cuanto abrió la boca dejó claro que había vuelto el de siempre. Faltó algún tema importante como el Wathing over me, pero la hora de concierto prevista por la organización no dio para más. Vi un poco estático a Schafer y es que los años pasan por todos..

Respecto a Slayer, que voy a decir de su directo..vaya energía que trasmiten, no dan un segundo de tregua. Solo con ver el escenario, con el castillo que lleva el Lombardo, flanqueado por los 36 Marshall. Dejaron caer sus clásicos Reining Blood, Angel of Death, Dead Skin Mask.. Araya con una voz con la que sigo flipando y Kerry King con sus solos marca de la casa. Una pasada de concierto.


Iron Maiden empezó con Ices High, después two Minutes to Midnight y fueron cayendo clásicos de esa época que venían a homenajear con esta gira: Powerslave. El escenario estaba ambientado en la época de los faraones y pudimos ver al eddie con las vendas de momia. De esa época de mediados de los ochenta pudimos oir Wasted Years, The evil that men do, Moonchild, la larga Powerslave, Can I play with madness.




Temas antiguos sonaron The Tropper, Number of the beast, Revelations, Iron Maiden, creo recordar que el Fantasma de la Opera y la que es par mi mejor canción de Maiden: Hallowed be thy name.

La única canción "moderna" fue el Fear of the Dark, todo lo posterior fue ignorado.
El grupo creo que estuvo a la altura, con Steve Harris corriendo de un lado para otro (para este si que no pasan los años) y a Dickinson bastante bien. El bueno de Janick Gers acabó con una bragas en la cabeza y Adrian y Dave poniendo el toque de técnica a las cuerdas. La verdad me gustó bastante.


La verdad es que hicimos muy bien en no ir a Zaragoza, pues los conciertos del sábado finalmente se suspendieron.
Las notas positivas del Festi, eran que no eramos miles y miles de personas y se podía estar cómodo, incluso acercarte a las primeras filas. Además había sobras con césped para tumbarse a descansar.
Lo negativo, desde luego, el único puesto de comida con todas las moscas de la provincia sobre la carne y los bocadillos, de auténtico miedo. Además a algún listo se le ocurrió poner las casetas de las pulseras a cientos de metros de la entrada y cuando llegabas enseñabas la entrada y te decían ¿y la pulsera? y vuelta a las casetas a por ella..
Curiosamente los concierto se adelantaron de las horas previstas (los grupos estaban deseando de salir para Zaragoza) y más de uno no llegó a tiempo para ver a algún grupo.

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